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Luis Agüero Wagner

Fernando Lugo: Deuda bicentenaria de género. Por Gloria Rolón

Fernando Lugo: Deuda bicentenaria de género. Por Gloria Rolón


 Publicado en ULTIMA HORA
A propósito de las celebraciones por el Bicentenario patrio, en diferentes sectores empezó a hablarse de las mil y una deudas que como nación mantenemos pendientes.
Entre aquellas, obviamente y con justicia, saltó el tema de la reivindicación de género.
Y no estamos hablando de lo obvio -acceso a la educación, salud, igual salario para igual trabajo, etc., etc.- sino ahí donde quizás esa diferencia o discriminación como sociedad machista sigue vigente en Paraguay: en la política.
María Liz Rodríguez, excelente periodista y un poco maestra de quienes pasamos por el área "Mujer" del diario Última Hora en los 90, hablaba siempre de esa especie de juego perverso al que apelaba, del más pintado y "progresista" partido o movimiento político al más troglodita y cavernícola de ellos, a la hora de intentar camuflar las desigualdades de género.
"Mujer muestra", las llamaba porque decía que siempre tenían a alguna para "mostrar" que ninguna lista de partido o movimiento discriminaba por razón de sexo.
Desde entonces han pasado muchas listas y mucho tiempo, pero la deuda con esa mitad de la población sigue vigente. Por eso me pareció oportuno y alentador que ahora, doscientos años después de la declaración de nuestra Independencia, aflore de nuevo aquella necesidad que la sociedad paraguaya salde sus deudas con las mujeres y se relance la propuesta hecha en el 2000 por Augusto Roa Bastos: una mujer presidenta de la República.
Con lo que no estoy de acuerdo es que esa presidenta vaya a ser alguna de las tres ministras del Gobierno de Fernando Lugo: Esperanza Martínez, Lilian Soto o Liz Torres. Ellas podrán postularse y seguir con las reglas de juego impuestas, porque eso es lo justo y tienen derecho a hacerlo. Pero, lo que no pueden es pretender esgrimir el tema género como bandera principal en su campaña política. Por lo menos no en tanto y en cuanto sigan acompañando a un presidente como Fernando Lugo.
Él encarna precisamente todo contra lo que quienes dicen defender la igualdad de género, deben luchar. Ellas, con su silencio y acompañándolo en todo este tiempo lo han legitimado.
Los casos de Benigna Leguizamón, Viviana Carrillo y Hortensia Morán son los más claros ejemplos de abuso y sometimiento de género. Esas ministras lo saben pero prefirieron callar. Lamentable y condenable decisión.

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