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Luis Agüero Wagner

TEKOJOJA Y FERNANDO LUGO A LOS PIES DE LINO OVIEDO

TEKOJOJA Y FERNANDO LUGO A LOS PIES DE LINO OVIEDO


Cuando la candidatura del obispo Fernando Lugo, quien hoy co-gobierna el Paraguay en alianza con el general retirado Lino César Oviedo, daba sus primeros pasos, advertimos sobre las falacias con las cuales su séquito de cortesanos intentaba llamar la atención de la prensa internacional.
Se hablaba del “obispo de los pobres”, un supuesto “teólogo de la liberación” que, curiosamente, despertaba simpatía en el embajador norteamericano James Cason, en la prensa afiliada a la SIP, en los beneficiarios de los dólares de USAID y en los lacayos del National Endowment for Democracy que manejan los medios de Paraguay.
Uno de los principales puntales de Lugo en su primera hora fue el Movimiento Popular Tekojoja, grupo tempranamente inficionado por personajes vinculados a la corrupción, que querían acomodarse en el grupo del obispo Fernando Lugo para seguir con sus negociados, y que utilizaba como mampara la ONG Gestión Local para recibir financiación de USAID.
El grupo fue publicitado insistentemente por el diario ABC color, un periódico ultraderechista manejado por la secta Moon y la embajada norteamericana, a través del NED.
Por si fueran poco estas vinculaciones, o haber recibido financiación de James Cason, ahijado político de Otto Reich, por intermedio de donaciones de USAID a la ONG Gestión Local, y haber sido promocionado por la prensa de la secta Moon, el movimiento originario del obispo Fernando Lugo pronto ganó notoriedad por sus manejos mafiosos y corruptos.
Una verdadera organización para delinquir se había gestado en el seno del Movimiento Tekojoja, , con el trasfondo de los multimillonarios fondos del Plan de Terminación de Yacyretá.
De acuerdo a las denuncias del consejero Roberto Paredes, el miembro de Tekojojá Marcelo O’Hara, uno de los técnicos despedidos de forma reciente y que se desempeñaba como gerente del PTY y jefe del Departamento de Obras Complementarias, estaba directamente vinculado a la formación de un consorcio llamado Holding de Empresas del Sur. El grupo estaba formado por once empresas de Ciudad del Este, cuyos componentes son todos miembros del Movimiento Popular Tekojoja, quienes exigían con la Entidad Binacional Yacyretá para obtener millonarias ganancias.
Marcelo O’Hara, y su grupo, quien fue desvinculado por la dirección de la binacional, utilizaron sus cargos para acaparar negocios multimillonarios.
Entre los miembros figuraba el arquitecto Marcos Cantuni, quien fiscalizó uno de los trabajos en Carmen de Paraná, 15 casas que significaron millones de guaraníes pagados por la entidad, y otros dos negocios frustrados, casas en Arroyo Porá y otras obras generales para el mismo grupo.
Eran miembros originales de este holding cuatro miembros de Tekojoja: Cantuni, Isidro Morel, Eugenio Rojas e Isidro Alarcón,.
Una interna de Tekojoja hizo que Isidro Morel y Eugenio Rojas, que pertenecen a una de las corrientes que lidera el senador Sixto Pereira, fuesen alejados del holding. 
No hubo un solo cargo copado por Tekojoja donde no afloraran la corrupción, la incompetencia, el prebendarismo, la mentira descarada, el cinismo rampante.
Todo ello no sería tan escandaloso si no fuera porque el grupo, que se pretendía portavoz de la izquierda dentro del gobierno arzobispal, demostró un absoluto desinterés por las causas populares y se dedicó a encubrir los crímenes del oficialismo.
A poco de asumir Lugo, Tekojoja, que se embanderaba con la izquierda, capituló la vocación crítica y revolucionaria, acallando los desatinos y gruesos errores de su líder religioso el escandaloso cura Fernando Lugo. También justificó los desmanes y las atrocidades jurídicas perpetradas desde el poder, con el pretexto de que la derecha retardataria quería desestabilizar y truncar el supuesto ‘proceso de cambio’”, que nunca fue tal.
Sin ruborizarse, se aliaron, transaron, y se abrazaron con los reaccionarios confesos, en un deleznable concubinato sin otra ligazón que la conveniencia crematística, sin sustento ideológico, claudicando su propia honra y su doctrina.
Tekojoja y toda la izquierda cómplice cayó cuando el gobierno arzobispal que parieron inició una caza de brujas contra sus propios aliados de la izquierda marxista, quienes sumaron estratégico respaldo del bloque bolivariano a favor de Lugo durante su proselitismo. Guardaron silencio cuando eran encarcelados muchos de sus “compañeros” de la Organización campesina del norte y del EPP.
Tekojoja y la izquierda ofrendaron su silencio cómplice al sumo sacerdote de su culto pagano mientras caían asesinados por las balas luguistas sus antiguos compañeros de lucha Severiano Martínez, Gabriel Zárate, Nimio Cardozo y otros tantos eran allanados, encarcelados, vejados, y sus pocas pertenencias hurtadas. Como broche de oro a tanto despropósito, hoy encubren los oscuros pactos de su líder el cura con hijos, con el exponente cumbre del narcofascismo vernáculo, el general retirado Lino Oviedo.
No en balde se ha dicho que de haber callado tanto es que el mundo está podrido.
Cuando se decidieron a hablar, sus palabras justificando los abusos, la corrupción y desmanes perpetrados desde la cúpula del gobierno no fueron mejor que su silencio indecoroso: sólo pudieron balbucear sofismas justificativos de lo injustificable. 
Más les hubiera servido escuchar el consejo de no romper el silencio a menos que se pueda mejorarlo. LAW

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