FERNANDO LUGO, CURA ASESINO DE IZQUIERDISTAS
FERNANDO LUGO, CURA ASESINO DE IZQUIERDISTAS
Una multitud de aproximadamente 500 personas se reunió para despedir los restos mortales de Severiano Martínez, ultimado por la policía a las órdenes del gobierno que encabeza el cura Fernando Lugo. La aglomeración de personas en un caso similar es inédita en Paraguay, donde los sectores contestatarios por décadas fueron rechazados como la peste por el resto de sus conciudadanos.
El día anterior, la familia del integrante del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Severiano Martínez, criticó con dureza al presidente de la República, por denotar una actitud reprochable al “festejar la victoria del asesinato de un ser humano", siendo un ex obispo de San Pedro y amigo personal de la familia.
Responsabilizaron directamente al Gobierno nacional de la muerte del miembro de la familia.
“Es directa responsabilidad del Gobierno, así como ellos le mataron, deben traernos hasta nuestra casa para poder velarlo, por lo menos en una bolsa de hule a tirar en frente a nuestra casa, teniendo en cuenta que somos seres humanos. No se justifica en absoluto el asesinato alevoso de una persona. Por más que sea un criminal número uno, esto es un montaje que hizo la gente del gobierno de Lugo, tienen que ser responsables de lo que hicieron”.
Analistas y observadores coincidieron en que se trató de un fusilamiento: "Un servicio de inteligencia serio lo hubiera tomado con vida, para recabar valiosa información" acotó entre otros el ex ministro de Industria Euclides Acevedo.
UN AMIGO DE LA FAMILIA CELEBRA LA MUERTE
El hermano del guerrillero asesinado por la policía paraguaya lamentó que el presidente Lugo haya celebrado prácticamente el asesinato de su hermano.
“Le debieron agarrar vivo”, manifestó para luego pedir al mandatario respetar el dolor de la familia.
También denunció un montaje para encubrir un asesinato a mansalva.
"No me convence en ningún momento. Esto es un montaje que una vez más hace la policía”, manifestó a los medios Rafael Martínez,hermano del guerrillero asesinado por orden del cura Fernando Lugo.
El Hermano de Severiano Martínez también criticó a las autoridades nacionales por "festejar" un asesinato.
Rafael Martínez, calificó de "lamentable el festejo del presidente Fernando Lugo por el asesinato de su hermano" y criticó a las autoridades nacionales por no comunicarse con los familiares y dar parte de la muerte de Serveriano Martínez.
DUDAS DE LA AUTOPIA Y ATROPELLO POLICÍACO EN LA MORGUE
El profesional médico que acompañó a Canuto Villasboa (cuñado del fallecido) resta credibilidad a la autopsia realizada a Severiano Martínez por el doctor Pablo Lemir y solicita efectuar otra evaluación.
La abogada Raquel Talavera y el doctor Pedro Flores acompañaron al cuñado de Severiano Martinez en el reconocimiento del cuerpo de Severiano Martínez en la morgue judicial.
Flores desacredita el examen forense realizado en el lugar , caratuló de “simple ginecólogo” a Lemir, además de tildarlo de encontrarse estrechamente vinculado al oficialismo.
También anunció que había rastros de tortura en el cuerpo, y que había heridas de bala en el hombro ejecutadas de arriba para abajo, así como indicios de que lo habían esposado antes de asesinarlo.
El médico también denunció haber sido atropellado por un pelotón de policías en plena morgue, cuando realizaba su trabajo, quienes lo rodearon con el evidente propósito de intimidarlo. “La estructura del estado policíaco que montó la dictadura anticomunista está intacta, y uno no se puede sustraer al temor que genera una situación como esta” señaló el profesional, en declaraciones al periodista y analista del Grupo La Nación Enrique Vargas Peña.
También recordó que en un caso de problemas internos de la policía, un miembro del cuerpo sufrió las represalias de la mafia policial y perdió a su esposa e hijas, que murieron incineradas tras ser rociadas con gasolina. El hecho permanece sin ser aclarado, e intentó ser encubierto por las mismas autoridades.
QUEMA DE ARCHIVO
Para muchos, todos los indicios indican que una "quema de archivo" se consumó en la tarde del miércoles en Paraguay, con el asesinato de Severiano Martínez, cuya presentación ante la prensa iría a ocasionar graves dificultades al gobierno arzobispal del cura Fernando Lugo.
Al respecto, el presidente del Congreso manifestó que le llamaba poderosamente la atención que la aparición del cadáver de Martínez se producía inmediatamente después de la publicación de Lugo con grupos guerrilleros que operan en Paraguay y Colombia.
El médico que examinó el cadáver, por otro lado, deslizó la infidencia de que el cadáver presentaba marcas en las muñecas, como si hubiera estado esposado con vida antes de ser ejecutado.
Sospechosamente, el hecho se produjo el mismo día en que la prensa paraguaya publicó fotografías del cura Fernando Lugo junto a varios miembros del grupo armado, y abrió el grifo para las especulaciones.
Las dudas sobre el procedimiento policial que acabó con el fatal desenlace se plantearon de inmediato, dado la conocida brutalidad policíaca que cotidianamente se comprueba en Paraguay. El asesinato del supuesto sicario Coco Villar es emblemático al respecto.
El hijo del mismo, José Villar (h), 10 años, declaró a la justicia que en las primeras horas de la mañana del 2 de julio de 1999, se encontraba en compañía de su padre y que llegó a su casa su compañera de escuela Pablina Pavón.
El menor refirió que en ese momento irrumpieron policías que atropellaron la casa y empezaron a disparar, por lo que su padre corrió. "Le dispararon y le acertaron en la espalda. Los policías le rodearon y le patearon cuando estaba en el suelo".
El niño dijo que su padre no tenía arma y que lo visitaba cada ocho días, en la casa de sus abuelos, con quienes vivía.
Villar fue involucrado por un testigo falso en el atentado contra el vice-presidente Luis María Argaña, en medio de un enrarecido clima de persecuciones políticas desatado por el gobierno que compartían los seguidores de Argaña con muchos de quienes hoy constituyen el entorno del obispo Fernando Lugo. A raíz de esta acusación, un grupo de militares antidrogas y de la Guardia Presidencial, al mando de León María Poissón, allanaron sin orden judicial la casa de los padres de Villar, supuestamente, en busca de drogas y armas robadas del Ejército.
El frustrado candidato del obispo Fernando Lugo a ocupar el cargo de ministro de la Corte, Emiliano Rolón, encubrió en su momento este homicidio intencional con una vergonzosa actuación.
RECLAMOS DE MÁS SANGRE IZQUIERDISTA
Aunque el presunto secuestrador abatido nunca había sido juzgado ni mucho menos declarado culpable, los sectores conservadores y reaccionarios aplaudieron la ejecución, y reclamaron más sangre de izquierdistas.
El cura Fernando Lugo, por su parte, apareció ante las cámaras de televisión congratulándose a sí mismo de haber ordenado la muerte de su antiguo conocido y catequista, en sus tiempos de obispo.
Tras la cacería humana, el indolente cura extiende sus brazos y se limpia la sangre en una palangana como Poncio Pilatos, dispuesto a seguir acatando las órdenes de sus amigos ultraderechistas contra la izquierda. LAW
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