Frank Sérpico en el Paraguay de Fernando Lugo
Por Luis Agüero Wagner . http://luisaguerowagner.blogspot.com/2009/07/links.html |
Frank Vincent Serpico (n. 14 de abril de 1936) es un oficial de policía retirado del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) que cobró celebridad en 1971 como el primer policía en declarar como testigo en un juicio relacionado con la corrupción policiaca estadounidense. Su historia llegó al cine en 1973, dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Al Pacino en el papel principal ,y en 1976 David Birney la encarnó en televisión para NBC. Una versión autóctona de Sérpico se reveló intempestivamente en Paraguay cuando el director antidrogas, José Dolores Amarilla, denunció un presunto boicot para detener a uno de los narcotraficantes brasileños más buscados en el país, en medio de un nuevo escándalo en ese organismo de seguridad. Desde la llegada al gobierno del obispo Fernando Lugo, los escándalos en la policía nacional se han vuelto tan frecuentes como los sexuales, sobre todo por la falta de tino del clérigo gobernante para nombrar jefes en la institución. Detalló que De Vargas le negó una orden de allanamiento para detener al brasileño Jarvis Pavao, uno de los narcotraficantes más buscados en el país y que posee una lujosa hacienda ganadera en Paraguay de nombre "Cuatro Filhos", ubicada en el norteño departamento (provincia) de Amambay, en zona fronteriza con Brasil, donde operan carteles binacionales de droga. El ahora ex jefe del departamento antinarcóticos, comisario Amarilla, dijo que tenía órdenes de aprehender a Jarvis Ximénez “Pavao”, Erineu “Pingo” Soligo y Luiz Carlos Da Rocha “Cabeza Branca” y se empeñó en esa tarea. Sin embargo, la fiscalía antinarcóticos le proveyó hace apenas dos días de la orden de allanamiento solicitado hace un mes para aprehender a “Pavao”. Esta situación apresuró su renuncia, señaló. Amarilla también acusó al subcomandante de la Policía, comisario César Carrillo, de no respetar su cargo y de querer dirigir el departamento antinarcóticos de la Policía. “Yo no puedo permitir eso, porque mis subordinados me deben respeto a mi, respetando la cadena de mando”, señaló. “Si yo no hago bien las cosas prefiero dejar el lugar porque no quiero simplemente calentar sillas”, remarcó. También denunció haber sido obligado a liberar cargamentos de narcóticos por orden superior. VERSIÓN DEL NARCO-FISCAL Por su parte, el fiscal aludido rechazó las acusaciones de Amarilla y señaló que el agente "echó por tierra" un seguimiento que llevaba a cabo desde 2006 con la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad) y la ayuda de órganos extranjeros, incluido el Departamento Estadounidense Antidroga (DEA). Amarilla afirmó que en realidad no fue relevado sino que renunció a la jefatura de la unidad antinarcóticos de la Policía. Puso dos motivos: Falta de apoyo de la Fiscalía Antidrogas y de sus superiores. Sostuvo que el fiscal Francisco de Vargas le negó una orden de allanamiento para detener a uno de los narcotraficantes más buscados del país, Jarvis Pavao. ASUNTOS INTERNOS La destitución de Amarilla fue anunciada en la misma rueda de prensa en la que el ministro de Interior, Rafael Filizzola, criticó el allanamiento practicado ayer por la Fiscalía en una dependencia policial en el marco de la causa abierta para esclarecer la muerte de tres familiares de un alto jefe policial en un incendio ocurrido el 17 de agosto pasado.La fiscal Yolanda Morel decomisó archivos informáticos y otras documentaciones del departamento de Criminalística al argumentar falta de colaboración de la dependencia en la pericia realizada en la vivienda del comisario Edgar Salcedo. Según denuncias recibidas por la fiscal, altos mandos de la policía presionaban con amenazas para obligar a un cambio de dictamen de los expertos, en relación a la explosión en la cual Salcedo perdió a su esposa y dos hijas adolescentes en un extraño incendio ocurrido en la casa familiar, en el municipio de Ñemby, a las afueras de Asunción. Las amenazas sólo han reafirmado la hipótesis de que el siniestro pudo haber sido premeditado.La tragedia había forzado la renuncia del entonces jefe de la Policía, Viviano Machado, porque su hermano, el comisario, Vidal Machado, fue acusado de amenazas telefónicas al hermano de Salcedo, el también comisario Ramón Salcedo. El error de Salcedo fue meter las narices en un cargamento de drogas equivocado, algo que como diría una célebre frase del cine mafioso, puede matar más rápido que una bala. LAW |
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